Los riesgos del piercing más frecuentes son:- La infección de la herida con perdida de tejido o deformación
- La reacción alérgica al piercing
- La aparición de cicatrices queloides
- Desgarros.
La
Infección de la herida puede depender tanto de la falta de higiene del
profesional que lo realiza, como del inadecuado cuidado al que se somete
la herida por parte del usuario, sin olvidar la posibilidad de que se
trate de un paciente falto de defensas (inmunodeprimido). La perforación
del pabellón auricular con pistola, en vez de utilizar cánula, está
frecuentemente relacionada con la infección del cartílago por la
Pseudomona aeruginosa, que es especialmente grave por tratarse de una
zona poco irrigada y en donde los antibióticos tienen mayor dificultad
en llegar, pudiendo provocar la destrucción de parte del cartílago de la
oreja.
Practicando el piercing en un estudio homologado y
reconocido por las autoridades sanitarias, utilizando agujas desechables
y siguiendo las condiciones higiénicas señaladas, no tiene ningún
sentido hablar, al menos en nuestro País, de infecciones o contagios por
contaminación a través de la sangre (Tuberculosis cutánea, Hepatitis B y
C, Sida, etc.). Estas, forman parte de nuestra historia, aunque también
se podrían dar en la actualidad en otros países con menor control
sanitario.
En la medida que cada vez se utiliza más el acero
quirúrgico y el titanio, van siendo menores las reacciones alérgicas
frente al pendiente. El síntoma más común de la reacción alérgica por
contacto frente al piercing es el picor, que hace que el paciente se
rasque la lesión. Es por ello frecuente, que se acompañe también de
sobreinfección.
Ante una reacción alérgica frente a un pendiente, se impone la retirada definitiva del mismo. Sin su retirada, no cabe curación.
También
se pueden dar Cicatrices hipertróficas y Queloides. Se trata de una
cicatrización anormal, que suele iniciarse entre 1 a 2 meses después de
la perforación, y que cursa con picor local, fibrosis y engrosamiento de
la zona perforada, que puede llegar a alcanzar varios centímetros. Para
que aparezca una cicatriz hipertrófica o un queloide, es indispensable
en primer lugar, poseer una predisposición genética a desarrollar este
tipo de cicatrices, y en segundo lugar la zona que se perfora. Las zonas
del cuerpo en las que con mayor frecuencia aparece esta anormalidad
son: los cartílagos de las orejas, la zona del escote y la cara externa
de los hombros.
Los piercings realizados con pistola sobre el
pabellón auricular, suelen provocar una gran destrucción del tejido, que
debido a la consiguiente inflamación puede cicatrizar excesivamente en
forma de queloide.
La perforación con pistola cada vez está más
restringida, ya que es más traumática y agresiva, especialmente sobre el
cartílago de la oreja, y no se puede garantizar su esterilización. Sin
duda alguna, la perforación mediante aguja o con catéter es menos
dolorosa, más segura y preferible.
En caso de desarrollar un
queloide, se impone tratamiento por el dermatólogo. Es fundamental
iniciar el tratamiento ante los primeros síntomas, ya que los queloides
de más de 1 año de evolución suelen responder muy lentamente.
Por
último, los desgarros accidentales se dan fundamentalmente en los
piercings colocados en la lengua, pabellón y lóbulo de las orejas,
genitales externos y pezón. Aunque sin duda, en nuestro entorno, el
desgarro del lóbulo de la oreja es el más habitual, siendo muy eficaz
para su reparación la cirugía de los lóbulos rasgados.
Cuando se
desgarra el agujero donde se encuentra un piercing es posible la perdida
parcial o total de tejido blando e incluso reaccion de necrosis en
estructuras profundas como cartilago, tabique nasal, encias ….etc No
hace falta un gran traumatismo o tiron traumatico del piercing , si no
con una infeccion o reaccion alergica mantenida es suficiente para que
el tejido ceda y se desgarre o dilate
Mención aparte merecen los
traumatismos, desplazamiento de piezas y fracturas dentarias,
especialmente provocadas por los piercings en la cavidad oral y más
concretamente en la lengua.