El rostro de Obama ha sufirdo en los últimos años un terrible desgaste. Su pelo negro azabache se ha tornado canoso, su piel brillante ha dejado paso a un tono apagado salpicado porr alguna manchas y las que antes eran leves arrugas se han convertido en evidentes. Debido a la presión a la que debe estar sometido, su rostro tiene un aspecto mortecino y poco resplandeciente.